viernes, 4 de diciembre de 2015

EL EVANGELIZADOR. ESTRUCTURA Y SERVICIO EN LA IGLESIA

En el lenguaje cristiano, la palabra ‘Iglesia’ designa no sólo la asamblea litúrgica (cf. 1 Co 11, 18; 14, 19. 28. 34. 35), sino también la comunidad local (cf. 1 Co 1, 2; 16, 1) o toda la comunidad universal de los creyentes (cf. 1 Co 15, 9; Ga 1, 13; Flp 3, 6). Estas tres significaciones son inseparables de hecho. La ‘Iglesia’ es el pueblo que Dios reúne en el mundo entero. La Iglesia de Dios existe en las comunidades locales y se realiza como asamblea litúrgica, sobre todo eucarística. La Iglesia vive de la Palabra y del Cuerpo de Cristo y de esta manera viene a ser ella misma Cuerpo de Cristo (CEC 752).

Homilía Domingo II de Adviento/C

La figura de Juan el Bautista aparece en este domingo como la señal de la llegada de la salvación de Dios. Preparar el camino del Señor significa entrar en comunión con él. Es hacer que nuestra vida y que nuestro mundo se aproximen a lo que Jesús espera y quiere de nosotros, “allanen sus senderos… que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale” (evangelio). Juan llamaba a la conversión, al arrepentimiento de los pecados, con vistas a la llegada del Reino de Dios: “Conviértanse, que se acerca el Reino de los cielos” (Mt 3,1).

Reflexión al evangelio del día

La oración, cuando es verdaderamente cristiana, oscila entre la necesidad que siempre contiene y la certeza de ser cumplida, aunque sí no se sabe exactamente cuándo. Quien reza no teme molestar a Dios y nutre una confianza ciega en su amor de Padre. Confianza ciega como la de los dos ciegos del pasaje del Evangelio de hoy, que gritan detrás de Jesús su necesidad de ser sanados.
Reflexión al evangelio del día