viernes, 4 de septiembre de 2015

Homilía Domingo XXIII del Tiempo Ordinario/B

Homilía Domingo XXIII del Tiempo Ordinario/B
 ¡Effetá!”, es decir: “¡Ábrete!. En aquel instante, relata el evangelista, al hombre le fue restituido el oído, se le desató la lengua y hablaba correctamente. Los gestos de Jesús están llenos de atención amorosa y expresan profunda compasión por el hombre que está ante él: le manifiesta su interés concreto, lo saca de la confusión de la multitud, le hace sentir su cercanía y comprensión mediante algunos gestos llenos de significado. Le pone los dedos en los oídos y con la saliva le toca la lengua. Le invita después a dirigir con Él la mirada interior, la del corazón, hacia el Padre celeste. Finalmente, lo cura y lo devuelve a su familia, a su gente. Y la multitud, asombrada, no puede sino exclamar: “¡Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos!” (Mc 7,37).