viernes, 30 de enero de 2015

Homilía IV Domingo

Homilía IV Domingo
A menudo, para el hombre la autoridad significa posesión, poder, dominio, éxito. Para Dios, en cambio, la autoridad significa servicio, humildad, amor; significa entrar en la lógica de Jesús que se inclina para lavar los pies de los discípulos (cf. Jn. 13,5), que busca el verdadero bien del hombre, que cura las heridas, que es capaz de un amor tan grande como para dar la vida, porque es Amor. En una de sus Cartas, Santa Catalina de Siena dice: “Es necesario que veamos y conozcamos, en realidad, con la luz de la fe, que Dios es el amor supremo y eterno, y no se puede desear otra cosa que no sea nuestro bien” (Ep. 13 en: Le Lettere, vol. 3, Bologna 1999, 206.).

viernes, 23 de enero de 2015

HOMILÍA

HOMILÍA
Si, a título diverso, todos los bautizados son pescados y pescadores a la vez, entonces aquí se abre un gran campo de acción para los laicos. Los sacerdotes estamos más preparados para hacer de pastores que para hacer de pescadores. Hallamos más fácil alimentar, con la Palabra y los sacramentos, a las personas que vienen espontáneamente a la iglesia, que ir nosotros mismos a buscar a los alejados. Queda, por lo tanto, en gran parte, desasistido el papel de pescadores. Los laicos cristianos, por su inserción más directa en la sociedad, son los colaboradores insustituibles en esta tarea.

viernes, 16 de enero de 2015

Hmilía Domingo II del Tiempo Ordinario/B

Homilía Domingo II del Tiempo Ordinario/B

“¿A quién buscan?” son las primeras palabras de Cristo en el evangelio de san Juan; quiere averiguar la recta intención de estos primeros seguidores. El joven Samuel en la primera lectura también buscaba a Dios, por eso le servía feliz en el templo día y noche a las órdenes del sacerdote Elí. San Pablo nos recuerda en la segunda lectura que quien busca y encuentra al Señor tiene que llevar una vida digna, porque somos del Señor y nuestro cuerpo se convierte en templo del Espíritu.



viernes, 9 de enero de 2015

Homilía sobre El Bautismo del Señor | Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad

Homilía sobre El Bautismo del Señor | Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad
El tiempo navideño nos habla de la estrella que guía a los Magos de Oriente hasta la casa de Belén, y nos invita a mirar al cielo que se abre sobre el Jordán, mientras resuena la voz de Dios. Son signos a través de los cuales el Señor no se cansa de repetirnos: “Sí, estoy aquí. Os conozco. Os amo. Hay un camino que desde mí va hasta vosotros. Hay un camino que desde vosotros sube hacia mí”. El Creador, para poder dejarse ver y tocar, asumió en Jesús las dimensiones de un niño, de un ser humano como nosotros. Al mismo tiempo, Dios, al hacerse pequeño, hizo resplandecer la luz de su grandeza, porque, precisamente abajándose hasta la impotencia inerme del amor, demuestra cuál es la verdadera grandeza, más aún, qué quiere decir ser Dios.

LA FAMILIA en el Magisterio de SS. Francisco | Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad

LA FAMILIA en el Magisterio de SS. Francisco | Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad
El Niño Jesús con su Madre María y con San José, son un ejemplo familiar sencillo pero sobre todo luminoso. La luz que irradia es luz de misericordia y de salvación para el mundo entero, luz de verdad para todo hombre, para la familia humana y para cada familia. Esta luz que viene de la Sagrada Familia nos anima a ofrecer calor humano en aquellas situaciones familiares en el cual, por diversos motivos, falta la paz, falta la armonía y falta el perdón.

viernes, 2 de enero de 2015

Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad | La casa en internet de la Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad en Irapuato Guanajuato, México

Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad | La casa en internet de la Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad en Irapuato Guanajuato, México
En este recorrido que hacen los Magos de Oriente está simbolizado el destino de todo hombre: nuestra vida es un camino, iluminados por luces que nos permiten entrever el sendero, hasta encontrar la plenitud de la verdad y del amor, que nosotros cristianos reconocemos en Jesús, Luz del mundo. Y todo hombre, como los Magos, tiene a disposición dos grandes “libros” de los que sacar los signos para orientarse en su peregrinación: el libro de la creación y el libro de las Sagradas Escrituras.