Las fiestas
cristianas han surgido paulatinamente a través de los siglos. Estas nacen de un
deseo de la Iglesia Católica de profundizar en los diversos momentos de la vida
de Cristo. Se comenzó con la fiesta del Domingo y la Pascua, luego se unió
Pentecostés y, con el tiempo, otras más. Los misioneros, al evangelizar, fueron
introduciendo las fiestas cristianas tratando de dar un sentido diferente a las
fiestas paganas del pueblo en el que se encontraban. Podemos compararlo con una
persona que recibe un regalo con una envoltura bonita, la cual guarda y utiliza
posteriormente para envolver y dar otro regalo. La Iglesia tomó de algunas
fiestas paganas las formas externas y les dio un contenido nuevo, el verdadero
sentido cristiano.
La primera
fiesta que se celebró fue la del Domingo. Después, con la Pascua como única
fiesta anual, se decidió festejar el nacimiento de Cristo en el solsticio de
invierno, día en que numerosos pueblos paganos celebraban el renacimiento del
sol. En lugar de festejar al “Sol de Justicia”, se festeja al Dios Creador.
Así, poco a poco, se fue conformando el Año litúrgico con una serie de fiestas
solemnes, alegres, de reflexión o de penitencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario