En este
acontecimiento queremos agradecer el don del sacerdocio en esta comunidad
parroquial de Nuestra Señora de la Soledad, en la Iglesia, en mi persona;
sacerdocio dado por Cristo a la Iglesia para ser conducida, santificada y
enseñada, por aquellos que él, en su infinita bondad, ha querido llamar para
este ministerio.
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